domingo, 20 de diciembre de 2009

Errores tan delicados como el de una simple coma...




¡Como para un concurso de ortografía...!
Cita: “Así como tiene (Juanes) una abilidad probada para escribir himnos de rock pegajoso…”. (El Espectador, Personaje del año, 13-XII/09, pág. 4).
Comentarios:
a). Más que el personaje del año, lo que hay aquí es... ¡el gazapo del año!
b). Lo grave del error no está en escribir habilidad sin ‘hache’, lo imperdonable es incurrir en el que he denominado Error de “repello”; consistente en no revisar lo que se va a editar.
c). Ni siquiera le pasaron al texto el corrector electrónico que hubiera detectado y señalado de inmediato el error.
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Se podría decir que los errores ortográficos cunden por doquier. Para muestra otro botón:
Cita: "Callesita porteña". (Avianca en revista; Publicaciones Semana, S. A.; n.º 57, diciembre de 2009, pág. 162).
Comentario: Los sufijos ‘-cito’, ‘-cita’, con los que se forman los diminutivos se escriben con ‘ce’.
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La elegancia de reconocer y corregir un error:
Estos errores –aparentemente unas nimiedades– son tan delicados que hasta en la revista de mayor circulación mundial, Selecciones del Reader’s Digest, con 89 años de publicación continua, editada en 21 idiomas, distribuida a 50 países, y con más 100 millones de lectores, su jefe de edición, la doctora Genevieve Fernández, no vaciló en poner –en su entrega n.º 827, de octubre del 2009– la siguiente fe de erratas: "Por un error de producción, en la portada de algunas ediciones de la revista del mes pasado, apareció una coma en donde no tenía que ir. Lamentamos la equivocación".

¡Sin comentarios!
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Y, a propósito:
La importancia de la coma
Lea y analice la siguiente frase, y póngale la coma donde corresponda:
“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas pidiéndole perdón”.
Análisis diferencial:


Si usted es mujer, con toda seguridad puso la coma después de la palabra ‘mujer’, quedando la frase así: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer, andaría en cuatro patas pidiéndole perdón”.


Pero si usted es hombre, con toda seguridad puso la coma después de la palabra ‘tiene’,  quedando así: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene, la mujer andaría en cuatro patas pidiéndole perdón”.
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martes, 15 de diciembre de 2009

La pirotecnia

¿Fuegos pirotécnicos?


Cita: "Espectacular show de fuegos pirotécnicos". (Avisos robapágina en varios medios nacionales e internacionales).


Corrección: "Show de fuegos artificiales (show pirotécnico, show de juegos pirotécnicos o –en últimas– show de luces artificiales)".

Comentarios:

a). ‘Piro’ es un prefijo que significa fuego; y pirotecnia, el conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve el arte de la fabricación y utilización de materiales explosivos. Luego –de por sí– la pirotecnia es inherente al fuego. Así que la expresión “fuegos pirotécnicos” (relativo a la pirotecnia) es redundante.

b). Este es quizás uno de los errores más antiguos y recurrentes del periodismo colombiano. Prolifera, en especial, por la época decembrina, y con ocasión de diferentes celebraciones en las que se utilice la pólvora.

c). Lo más curioso de los avisos resulta ser el hecho de tener dos redundancias en solo cinco palabras: porque, espectacular show, también lo es, en virtud de que el término show (ya españolizado) proviene del inglés y abarca el significado de espectáculo. Sería tanto como decir: espectacular espectáculo. Y –para mayor deterioro del lenguaje– no caen en la cuenta del error y creen darle más impacto al anuncio.

Este arraigado error es una prueba fehaciente de que se debe corregir la redacción de los avisos e informes que –procedentes de las agencias de publicidad y de las agencias internacionales de prensa– lleguen a los medios de comunicación. El argumento de que es necesario respetar la redacción del texto así este venga con errores, es un artificio para eludir la responsabilidad que les compete a los medios de salvaguardar el buen uso del lenguaje; luego no es óbice para dejar pasar inadvertido el error ni para mantenerlo. Mi padre citaba el refrán "Mal de muchos consuelo de tontos", para señalar el facilismo al esquivar la responsabilidad en algunos asuntos.

Una breve explicación, mediante una simple llamada o contacto con los responsables del texto (el publicista o el cliente), soluciona el error y permite mantener la buena imagen del medio periodístico, de las agencias y de la persona, empresa o entidad que ordenó la publicación; con la seguridad, además, de que terminarán aceptando y agradeciendo la iniciativa.

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