martes, 15 de diciembre de 2009

La pirotecnia

¿Fuegos pirotécnicos?


Cita: "Espectacular show de fuegos pirotécnicos". (Avisos robapágina en varios medios nacionales e internacionales).


Corrección: "Show de fuegos artificiales (show pirotécnico, show de juegos pirotécnicos o –en últimas– show de luces artificiales)".

Comentarios:

a). ‘Piro’ es un prefijo que significa fuego; y pirotecnia, el conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve el arte de la fabricación y utilización de materiales explosivos. Luego –de por sí– la pirotecnia es inherente al fuego. Así que la expresión “fuegos pirotécnicos” (relativo a la pirotecnia) es redundante.

b). Este es quizás uno de los errores más antiguos y recurrentes del periodismo colombiano. Prolifera, en especial, por la época decembrina, y con ocasión de diferentes celebraciones en las que se utilice la pólvora.

c). Lo más curioso de los avisos resulta ser el hecho de tener dos redundancias en solo cinco palabras: porque, espectacular show, también lo es, en virtud de que el término show (ya españolizado) proviene del inglés y abarca el significado de espectáculo. Sería tanto como decir: espectacular espectáculo. Y –para mayor deterioro del lenguaje– no caen en la cuenta del error y creen darle más impacto al anuncio.

Este arraigado error es una prueba fehaciente de que se debe corregir la redacción de los avisos e informes que –procedentes de las agencias de publicidad y de las agencias internacionales de prensa– lleguen a los medios de comunicación. El argumento de que es necesario respetar la redacción del texto así este venga con errores, es un artificio para eludir la responsabilidad que les compete a los medios de salvaguardar el buen uso del lenguaje; luego no es óbice para dejar pasar inadvertido el error ni para mantenerlo. Mi padre citaba el refrán "Mal de muchos consuelo de tontos", para señalar el facilismo al esquivar la responsabilidad en algunos asuntos.

Una breve explicación, mediante una simple llamada o contacto con los responsables del texto (el publicista o el cliente), soluciona el error y permite mantener la buena imagen del medio periodístico, de las agencias y de la persona, empresa o entidad que ordenó la publicación; con la seguridad, además, de que terminarán aceptando y agradeciendo la iniciativa.

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