domingo, 8 de agosto de 2010

Las diferencias de género

Un conferencista de lenguaje explicaba que los sustantivos tienen género masculino o femenino: el lápiz, masculino; y la pluma, femenino. Uno de los participantes preguntó: "Cómo se dice, entonces, ¿computador o computadora?".
Para dinamizar su presentación, el facilitador dividió la clase en dos grupos: por un lado, los varones; y por el otro, las damas. Les sugirió definir por sí mismos si ese sustantivo era masculino o femenino; pidiéndole a cada grupo que fundamentara su decisión en cuatro argumentos.
El grupo de los hombres decidió que es computadora, de género femenino, porque:
1.- Nadie entiende su lógica interna.
2.- El idioma en que se comunican entre sí es incomprensible para los demás.
3.- Sus errores los guardan en su memoria de largo plazo para su revisión mucho tiempo después.
4.- En cuanto usted tenga una, se encontrará gastando al menos la mitad de sus ingresos en accesorios para que medio funcione.
El grupo de las mujeres concluyó que es computador, de género masculino, porque:
1.- Nadie entiende su lógica interna.
2.- Almacenan muchos datos, pero no piensan por sí mismos.
3.- Se supone que ayudan a resolver problemas; pero –la mayor parte del tiempo– ellos son el problema.
4.- Cuando usted tenga uno, comprenderá que si hubiera esperado un poco más podría haber adquirido otro mejor.
Y agregaron un quinto argumento: con mucha frecuencia se les cae el sistema operativo.
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martes, 3 de agosto de 2010

El valor de la palabra...

¡Una palabra vale más que un millón de imágenes!

Muchos hacemos cuentas con Las putas de “Gabo”: bajo el predicamento de que se vendieron dos millones de libros, y que el producto de las ventas –¡52.000 millones de pesos!, posiblemente multiplicados por cien si contamos los pirateados– se lo embolsicara nuestro Nobel, podríamos decir que cada página de las 109 de su más reciente obra, Mis putas tristes, sobrepasaría los 477 millones de pesos; de tal modo que, como –en promedio– cada una contiene 225 vocablos, el valor de cada palabra supera los dos millones 120 mil pesos.
Esas putas tristes, digo, cuentas alegres, podrían invertir el refrán que dice “Una imagen vale más que mil palabras”, por este “novel” dicho “Una palabra vale más que mil imágenes”; y una puta triste, de 15 años, produce más narrada por Gabriel García Márquez en un libro, que ofreciendo sus favores en una casa de lenocinio.
Amigo lector, le pongo de tarea averiguar cuánto alcanza a valer cada letra que escribe "Gabo"; teniendo en cuenta que el ABCDario sólo tiene 28.
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