lunes, 29 de octubre de 2012

¡Deje así!...
Mi médico de cabecera, casado con una pediatra, tiene mellizos de cinco años. Uno de los chicos amaneció un día con el penecito endurecido, y –muy asustado– le dice  a la mamá: 
—¡Maaa-mi, maaa-mi!… ¡se me puuu-sió duuu-lo, duuuuu-lo! 
La médica –para tranquilizarlo– le explica: 
—No te preocupes, hijo. Lo que sucede es que el pene tiene dos cuerpos cavernosos o cámaras a las que –a veces– les llega sangre que lo hace agrandar y ponerse firme. Pero... no te asustes, mi amor. Eso es pasajero, y…  ¡rápido se te cae! 
Y el chino le dice: 
—¡Nooo…, maaa-mi! Es que... ¡yo no quieee-lo que se me caaai-ga…!  
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martes, 25 de septiembre de 2012

Del per… expresidente

¿“Modelo a seguir”?, ¿o… modelo por seguir?
Cita: “Chávez tenía en él un modelo a seguir”. (Álvaro Uribe Vélez, expresidente de los colombianos, en su libro No hay causa perdida, pág. XX).
Corrección: Se debe cambiar la preposición ‘a’ (aquí mal utilizada) por cualquiera de las tres variables correctas: “Chávez tenía en él un modelo por seguir”, “… para seguir”, o –en últimas– por “… que se debe seguir”.
Comentario:
a). Con mucha frecuencia se oye y se lee: “examen a presentar”, “película a realizar”, “reelección a efectuar”.
b). En casos similares al de la cita, y a los comentarios, rige el uso de las variables.
c). Resulta espuria la construcción de frases en las que se juntan un sustantivo o adjetivo, la preposición ‘a’ y un verbo en infinitivo.
Continúo analizando estos errores del lenguaje –semejantes a este en el que incurre el expresidente Uribe– no para fungir como caja de resonancia a su obra curricular, sino para hacer notar que tan enraizado sigue este error en Colombia y cómo caen en él periodistas, tuiteros y hasta personajes de todos los rangos.
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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Del periodista presidente...

¿“Habrán” diálogos de paz?, ¿o… habrá diálogos de paz?
Cita: “… al lado de él habrán otras personas”. (Juan Manuel Santos, presidente de los colombianos, al anunciar el equipo del Gobierno que negociará con las Farc: CaracolRadio 6 AM Hoy X Hoy, 5-IX/12, 8:23 a. m.; Noticias Telesur, minuto 5:29 de 12:26).
Corrección: “… al lado de él habrá otras personas”.
Comentarios:
a). El verbo ‘haber’ no tiene plural cuando significa presencia o existencia de personas o cosas.
b). Veamos algunas formas correctas e incorrectas: hubo fiestas (no, hubieron fiestas); había autoridades (no, habían autoridades); habrá reelecciones (no, habrán reelecciones); que haya electores (no, que hayan electores); habría unas 20 personas (no, habrían unas 20 personas); hay conmigo muchas personas (no, habemos muchas personas); ha habido conflictos (no, han habido conflictos).
c). No se extiende la norma cuando el verbo apenas hace de auxiliar, con sujeto en plural, y sin significado de existencia: los negociadores habrán ido, han de pasar largos años.
d). La forma verbal hubieron –correcta, pero en desuso– es la que corresponde a la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo del verbo, no referido a presencia ni a existencia: cuando ellos hubieron delinquido…, cuando hubieron perdonado...
Traigo a colación este dislate en el que incurre el Presidente, no para sabotearle su proceso de paz, sino para hacer notar que tan arraigado está este error en Colombia; y cómo caen en él hasta las personas más cultas e ilustradas, declarándole así la guerra al lenguaje.
Para ver un análisis más completo, y en detalle, pulse aquí, o consulte el siguiente enlace: http://www.ogil.info/search/label/Buena letra%3A El verbo haber.
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jueves, 14 de junio de 2012

Error de sintaxis

El dativo ‘les’
Citas:
1. “En la Feria de Tuluá a todos le damos gusto”. (El País, separata LVII Feria de Tuluá e Industria de Licores del Valle, avisos robapágina, 14-VI/12, págs. 1.ª y 2.ª).
2. “… cuéntele a los colombianos…”. (El País, Dardos - Alberto Silva Scarpetta, 11-VI/12, pág. A9)
3. “Nuevamente quiero decirle a las mujeres que estamos en un proceso para defender sus derechos…”. (El País, Énfasis, presidente Juan Manuel Santos, 2-VI/12, pág. A8).
4. “Colombia debe mirarse de frente, integrarse como nación y exigirle a las Farc que libere a todos los secuestrados (…) y que cese, de una vez por todas, sus acciones terroristas”. (El País, 2-VI/12, pág. A10).
Correcciones:
1. “En la Feria de Tuluá a todos les damos gusto”.
2. “… cuénteles a los colombianos…”.
3. “Nuevamente quiero decirles a las mujeres…”.
4. “Colombia debe mirarse de frente, integrarse como nación y exigirles a las Farc que liberen (…) y que cesen…”.
Comentarios:
a). Esta construcción errada, de común ocurrencia en el diario caleño y en otros medios de comunicación masiva, resulta al escribir y decir “le”, en lugar de ‘les’. Dislate que genera una inconcordancia de número entre el pronombre (dativo de 3.ª persona, masculino y femenino, en singular) y el objeto (complemento indirecto, en plural).
b). El maestro Fernando Ávila, en su obra Español correcto para dummies, trae a colación un buen ejemplo tomado de la canción Despedida, de Daniel Santos: “Vengo a decirle adiós a los muchachos…”; que –si no fuera por la llamada licencia literaria– otros intérpretes tendrían que cantarla: “Vengo a decirles adiós a los muchachos…”. 
c). En la primera cita –Feria de Tuluá– el orden numérico no es 57 como aparece en toda la campaña publicitaria, sino LVII (en números romanos). Sucede lo mismo con la XXXVII Feria Nacional de la Agricultura, en Palmira, que –en el mismo cuadernillo o separata– la identifican con el n.º 37
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sábado, 2 de junio de 2012

¡Cuento viejito!...
Tropelía de diminutivos
Ayer, el presidente Juan Manuel Santos –en una clara alusión al expresidente Álvaro Uribe (por aquello de “Hijito, ¡por Dios!”, del gustico, y de sus huesitos, sus carnitas y sus huevitos)– propuso acabar con los diminutivos.
¡Nada nuevo! Carlos Lemos Simmonds, a quien tampoco le gustaban las pequeñeces, al inicio de los años 90 –mucho antes de que Ernesto Samper le asignara una pensionsota vitalicia, por una “palomita” de nueve “díitas” en la Presidencia– había comentado:
“Hace ya unos años escribí acerca del síndrome del diminutivo, como una de las peores características de nuestro país. Aquello de conseguir una platica, hacer un viajecito, tomarse unos traguitos, comprar una casita, pedir un favorcito, levantarse un puestico, y hasta servirse un tintico es, como lo dije entonces, la expresión verbal de una actitud subalterna e inferior ante la vida. Y, desde luego, la renuncia anticipada a pensar en grande para solucionar los –esos sí– enormes problemas que afronta la nación”.
Y “Ogil” agrega este otro diminutivo del romancero popular:
“¡Don Juan, don Juan..., la puntita no más que soy doncella!”.
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sábado, 12 de mayo de 2012

Uso, mal uso y abuso
Signos de admiración y de interrogación
Cita “¡Qué quincena!!!”. (Revista aló, título de sección permanente).
Corrección: “¡Qué quincena!”.
Comentarios:
a). Los signos de exclamación (también llamados de admiración) y los de interrogación tienen su propia ortografía. Se usan uno al inicio de la frase admirativa o interrogativa (¡ ¿), y otro –invertido– al terminarla (! ?). ¡Ni uno más!, ¿queda claro?
b). Dos, tres cuatro o más –puestos a la derecha, a la izquierda o a ambos lados– no aumentan la intensidad de lo que se quiere expresar. Esta práctica afea la escritura, y produce lo que he denominado: ‘ruido visual’.
c). Se ponen pegados a la primera y a la última letra. Dejar un espacio después del de apertura y otro antes del de cierre es un vicio que, también, desluce cualquier texto.
d). Los de cierre hacen de punto final.
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