lunes, 29 de julio de 2013

Gazapos mundialistas


Juegos de Palabras ¿o Juegos Mundiales?
Cita: “El vicepresidente, Angelino Garzón, motu propio, resolvió que el orador iba a ser él”. (El País, ¡Sé!, Voces y murmullos, 28-VII/13, pág. C16).
Corrección: “… motu proprio…”.
Comentarios:
a). Motu proprio, locución adverbial latina, significa ‘voluntariamente; de propia, libre y espontánea libertad’. También quiere decir ‘bula pontificia’ o ‘cédula real’. Literalmente traduce ‘con movimiento propio’.
b). Los latinajos, usados en español, conservan las formas y la ortografía del latín; luego, no se pueden escribir ni traducir de manera parcial y arbitraria: ‘currículum vitae’, por ejemplo, no puede ser “curriculun vitae” como en ocasiones se ve en los anuncios laborales.
c). No existe el “españenglish” que pronuncian y escriben algunos hispanos residentes en los Estados Unidos, ni –como en la cita que nos ocupa– el “españolatin”.
d). Si bien es cierto que The World Games 2013 Cali han sido muy exitosos, existen quienes sostienen que la omisión de una letra en la medallería (1.221 preseas) no es importante ni trascendente; pero... la verdad es que sobresale la negligencia de los organizadores cuando –después de cuatro años de preparativos– descubren que en las medallas para los Juegos Mundiales quedó tallado el término “word” (en inglés, ‘palabra’), en lugar del correcto ‘world’. Habrá, entonces, 1.221 ganadores de Los "Juegos de Palabra" 2013 Cali.



* * *

jueves, 25 de julio de 2013

Lenguaje rebuscado y esnobista...


¿"Invitacional" y ‘emblemático’?
Cita: “… dos eventos de exhibición que no tendrán efecto en la medallería: los deportes invitacionales, y el Jardín de los Deportes” (…) “… este año el softball hará parte de los deportes invitacionales de los World Games…”. (El País, separata Cali, mundial; 24-VII/13, pág. 4).
Corrección: “… deportes invitados”.
Comentario:
Cada que se presentan eventos de reconocida importancia, a algunos comunicadores y periodistas les da por rebuscarse adjetivos esnobistas.
a). Con ocasión de los Juegos Mundiales de Cali 2013, les ha dado por decir que los deportes que –por diversas razones– no participan del certamen, pero tendrán exhibiciones, son “invitacionales” (término que no existe en español); cuando lo correcto es deportes invitados.
b). Para rememorar los 477 años de la fundación de Cali comentaron: “Mañana 25 de julio, Bogotá se unirá a la celebración, cuando la emblemática Torre Colpatria se vestirá con los colores de la bandera caleña”. (El País, Valle, 24-VII/13, pág. A3).
c). Del mismo modo, todo lo que haga el papa Francisco durante su periplo por el Brasil, lo califican de ‘emblemático’: “No usó el emblemático papamóvil”, “Les habló a las emblemáticas juventudes brasileñas”.
Veamos otra versión
Cita: “Disciplinas invitadas. Fútbol de salón y Salsa en baile deportivo. En esta versión se logró incluir el futsal como deporte invitado para promocionarlo en los juegos…”. (El Tiempo, Debes hacer, Temas especiales; Cali, Juegos Mundiales 2013; 24-VII/13, pág. 12).
Comentario general:
Lo que el redactor de El Tiempo hizo con la mano –al referirse correctamente a las disciplinas invitadas– lo borró con el codo, al hablar de “versión” siendo edición; y al convertir a softball, del inglés al castellano, inventándose el acrónimo “futsal”.
Versión no es la repetición de un suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportiva. Veamos sus acepciones: Acción y efecto de traducir: versión francesa./ Modo que tiene cada uno de referir un mismo suceso: esa es tu versión./ Cada una de las formas que adopta la relación de un suceso, el texto de una obra o la interpretación de un tema: esa es la versión actualizada./ Operación para cambiar la postura del feto que se presenta mal para el parto.
Edición, por el contrario, sí hace referencia a toda clase de celebraciones. Veamos lo que estipula la Real Academia Española, entidad rectora del idioma, en la 7.ª acepción de esta palabra: 7. Celebración de determinado certamen, exposición, festival, etc., repetida, con periodicidad o sin ella: edición XXXV del Festival Internacional de Teatro de Manizales, edición IX de los Juegos Mundiales de Cali. (Los subrayados son míos).
* * *

domingo, 7 de julio de 2013

El leísmo


El dativo ‘les’
Citas:
1. ... y permitirle a sus maridos alcanzar el poder y la gloria(Semana n.º 1.627, Gente, 8 al 15-VII/13, pág. 63).
2.Pregúntele a mis amigos de la taberna del Country, y verá que todos le dicen: Andrés Pastrana fuen un gran presidente”. (Semana n.º 1.613, Daniel Samper Pizano, 1.º al 8-IV/13, pág. 90).
3. “Existen personas que solo se centran en verle los defectos a los demás…”. (¿Por qué le pasan  cosas malas a la gente buena?, de Iván Gutiérrez Rodríguez, pág. 28).
4. “Los pájaros tirándole a las escopetas”. (Colombianadas II, Mauricio Quintero, pág. 43).
Correcciones:
1. ... permitirles a sus maridos....
2. Pregúnteles a mis amigos…”.
3. “… verles los defectos a los demás…”.
4. “Los pájaros tirándoles a las escopetas”.
Comentarios:
a). Es frecuentísimo el error de sintaxis al escribir y decir “le”, en lugar de ‘les’. Dislate que genera una inconcordancia de número entre el pronombre (dativo de 3.ª persona, masculino y femenino, singular) y el objeto o complemento directo (en plural).
b). El maestro Fernando Ávila, en su obra Español correcto para dummies, trae a colación un buen ejemplo tomado de la canción de Daniel Santos, titulada Despedida: “Vengo a decirle adiós a los muchachos…”; que –si no fuera por la llamada licencia literaria– se tendría que cantar: “Vengo a decirles adiós a los muchachos…”, para no ser objeto de críticas.
Ahora veamos el error al contrario:
Cita: “Que la guerrilla participe en política es muy importante, no tenemos más qué ofrecerles”. (Semana n.º 1.626, Nación, Entrevista, subtítulo, Íngrid Betancurt, 1.º al 8-VII/13, pág. 22).
En la cita, el dativo tiene que ser en singular (“… no tenemos más qué ofrecerle”), para que haya concordancia de número con el sustantivo ‘guerrilla’.
* * *

lunes, 1 de julio de 2013

El "antidequeísmo"


La "dequefobia” 
Citas:
1. "De lo que sí estamos seguros es que cuando crees...". (Banoccidente  y Superintendencia Financiera de Colombia, difusión permanente, aviso robapágina diferentes medios periodísticos; y "jingle" para radio y televisión:
2. “La madre de Jhon Édwar Jaramillo está segura que una de las víctimas es su hijo” (…) “El padre de Jesús David Ayala está seguro que los otros restos son los de su hijo”. (Orden, Valle, Buenaventura, 19-VI/13, pág. A8).
3. “Estoy convencido que un pensamiento sutil hace más por la existencia que una pedrada en el ojo…”. (Ó, Castillo de proa, Medardo Arias Satizábal, 20-VI/13, pág. A8).
4. “El exalcalde de Cali, John Maro Rodríguez, está convencido que se ciñó a la ley…”. (23-VI/13, 1.ª pág.).
5. “… entre los progresistas hubo fiesta cuando se enteraron que la Corte Constitucional…”. (Ó, Registro, Rafael Nieto Loaiza, 30-VI/13, pág. B12).
Correcciones:
1. ... estamos seguros es de que...”.
2. “… está segura de que…” (…) “… está seguro de que…”.
3. “Estoy convencido de que un pensamiento sutil...”.
4. “… está convencido de que se ciñó a la ley…”.
5. “… se enteraron de que la Corte…”.
Comentarios:
a). ‘Dequeísmo’ es el uso indebido de la preposición ‘de’ antes del pronombre relativo ‘que’ (de que) cuando el régimen verbal no lo admite. Se trata de una incorrección originada (o de mayor uso) en Argentina: “Creo de que somos el mejor equipo”.
b). “Antidequeísmo” o “dequefobia” –presente en las citas– sería, entonces, el temor infundado a caer en el dequeísmo, lo que incita a eliminar la preposición ‘de’ en frases que sí la tienen que llevar: “Estoy harto que…”, cuando la forma correcta es: “Estoy harto de que…”.
Mnemotecnia:
Existe una fórmula simple para averiguar si se incurre en dequeísmo:
Volver pregunta la frase afirmativa: cuando en la pregunta no cabe la preposición ‘de’, en la frase original tampoco puede ir. Veamos: “Me dijo que vendría”. ¿Qué te dijo? –y no, ¿de qué te dijo?–. Si se le pone ‘de’ se incurre en el llamado dequeísmo: “Me dijo de que vendría”.
Luego –aplicando la fórmula mnemotécnica– cuando se puede preguntar ‘¿de qué?’, la respuesta tiene que llevar la preposición ‘de’ ¿De qué están seguros los padres de familia?, ¿De que está convencido el periodista Medardo Arias?, ¿De qué está convencido el exalcalde?, ¿De qué se enteraron los progresistas? Si no se les pone ‘de’ a estos interrogantes, se incurre en lo que he llamado “antidequeísmo” o “dequefobia”.
Práctica indebida:
Muchos periódicos y escritores han eliminado el uso del ‘de que‘, convencidos de que ya no existe, y sobre esto opino que no es cierto. Lo que sucede es –ni más ni menos– que se debe saber con precisión cuándo es obligatorio su empleo y cuándo no.
Frases con dequeísmo:
Investigué de que se trataba de un fraude.
Supe de que estaban robando.
Pensé de que iban a encarcelarlos.
        Les sobra la preposición “de”.
Frases con “antidequeísmo” o “dequefobia”:
Estoy mamado que me busquen.
Estoy cansado que me critiquen.
Estoy harto que no me crean.
        Les falta la preposición ‘de’.
En frases que contengan los adverbios ‘antes’ o ‘después’ (para las que funciona, doblemente, la fórmula mnemotécnica de interrogación: ¿antes de qué? o ¿antes que qué?; ¿después de qué? o ¿después que qué?) se debe preferir la forma ‘de que’: “Me voy antes de que llegue el jefe” - “Vine después de que habían cerrado”.
Es conveniente que los medios masivos de comunicación asuman la defensa del idioma, evitando esta clase de errores.
* * *