viernes, 6 de diciembre de 2013
Cualquier parecido...
¡La mordida!...
La madre de dos chicos, al regresar de la reunión de padres
de familia donde estos estudian, le entrega las calificaciones a su esposo. Este toma
las del menor de siete años, y furibundo grita: "¿Qué es esto?: ¡uno en
aritmética, dos en geografía, uno en historia, dos en lenguaje...!". Se
para, se suelta el cinturón y enciende al chico a correazos; si la mamá no se
lo quita... hasta lo mata. Luego coge las del mayorcito de 15 años, las abre
delante de él, y le sermonea: "¿Qué es esto, joven?: ¡uno en matemáticas,
uno en geografía, uno en historia, uno en lenguaje, uno en ciencias, uno en
ética y cero en disciplina…! ¿Qué es lo que piensa usted de la vida, jovencito?
¿Qué va a ser de su futuro, ah...? ¡Póngale cuidado al estudio para que sea un
hombre de bien!". Cierra las calificaciones, y sale. El pequeño –en un
rincón– sigue llorando, y le reclama al hermano:
—¿Y usté
que peldió más matelias, mumumummm, polque no le pegalon, y a mí casi me matan,
mumumummmmm?
Y el grande
le responde:
—Es que usted no solo es mal estudiante, sino que es un
tonto: ¿usted no sabe, hermanito, que mi papá es agente de tránsito? ¡Yo no fui
bobo!: yo, en las calificaciones… ¡le metí un billete de cincuenta!
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1 comentario:
Excelente, "la repetición de la repetidera, repetida"
Muy buenos ejemplos.
Saludos.
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