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jueves, 23 de abril de 2009

Premio internacional de poesía

Poe-Mario, en paños mayores

Con mucho beneplácito celebramos el logro alcanzado por el poeta colombiano Jotamario Arbeláez, ganador –con su libro Paños menores– de la 2.ª edición del Premio Internacional de Poesía Víctor, “Chino”, Valera Mora (2008), otorgado en Caracas por la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, con el apoyo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana de Venezuela.

El jurado emitió –por unanimidad– su dictamen, sustentando la calidad del texto, así: "… por la fuerza vital de sus imágenes, su propositiva relación con la historia que de lo universal conduce a lo familiar y personal, por su poética contemporánea y por la manera en que renueva el lenguaje coloquial entretejido con ironía y humor, propiciando un sugestivo acercamiento con el lector”.

La envidia (bien llamada “Calibalismo”) que despiertan una medalla de oro, un diploma, una publicación de la obra galardonada –edición venezolana–, un jugoso cheque de 100.000 dólares, y el reconocimiento en el ámbito internacional, agregada al desdén con el que se mira todo lo que huela al polémico Hugo Chávez Frías, no han permitido la divulgación nacional que se merecen uno de los premios y uno de los autores más importantes de la literatura latinoamericana.

Jotamario, nacido en Cali, entrado en los setenta abriles, pero con la vitalidad de un roble, cofundador del nadaísmo –movimiento descendiente del hippismo–, poeta, escritor y publicista, dos veces secretario de Cultura en Cundinamarca, saborea las mieles del triunfo gracias a su excelente narrativa y a la inspiración que le brota de su bagaje cultural, de la lectura de autores inmortales y de su vida de bailarín, billarista, bohemio, mujeriego, chabacán, libertino, libidinoso. “play boy”, anarquista, nihilista, ateo, iconoclasta, anticlerical, revolucionario, irreverente, mordaz, irónico, librepensador y mamagallista. Virtudes éstas que le permiten deleitarnos con sus experiencias al evocar a su padre, quien –para que no leyera ni gastara luz– le quitaba el bombillo de su habitación y dormía con él bajo la almohada, pero el empedernido lector se instalaba en el suelo, con la nevera abierta, hasta la madrugada o hasta que se le congelaban las pestañas y le chorreaba hielo por los ojos. En estas condiciones, también rememoraba a su madre, sus ocho hermanos, sus dos abuelas, a un resto de familiares y a su maestro Gonzalo Arango, fundador del movimiento dadaísta; la sastrería que su progenitor montó en el comedor de su casa del barrio Obrero de Cali; su bachillerato perdido en la fundación educativa más antigua de Cali, el colegio Santa Librada (“Santa Librada, collage… ¡yo no te debo nada!”); sus sueños húmedos y travesuras juveniles y seniles por la bulliciosa geografía caleña.

Este polifacético escritor es autor de los libros El profeta en su casa; El libro rojo de Rojas, coautoría con Elmo Valencia; Doce poetas nadaístas de los últimos días; y El espíritu erótico, coautoría con el pintor Fernando Guinard. Ha sido ganador de tres premios nacionales de poesía otorgados por la editorial Oveja Negra y la revista Golpe de Dados en 1980, con Mi reino por este mundo; por Colcultura en 1985, con La casa de la memoria; y por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo en 1999, con El cuerpo de ella. En el 2002 escribió sus confesiones Nada es para siempre - Antimemorias de un nadaísta, y en la actualidad tiene dos obras en el horno: La casa de las agujas, y Autobiografía de Nerón - Anticristo. Se desempeña como profesor universitario y columnista de varios diarios y revistas nacionales.

Para sopesar el talante de Jotamario, quien dice poseer más de 10.000 libros de los que apenas ha leído la tercera parte, baste con citar unos cuantos de sus irónicos chascarrillos:
* “Tú me diste las primeras puntadas de mi amor por la poesía/ brindo por ti con un dedal de vino”. (En alusión a su padre).
* “El profesor de contabilidad es un pequeño ‘asiento’ en mi memoria”. * “¿Qué necesidad hay de legalizar la marihuana, si la marihuana es legal?”.
* “¿Cómo encontrar palabras que digan algo que no es algo?”.
* “Me sometí a un injerto de pelo para escribir unas crónicas, ganándome unos milloncejos, y las mujeres –que antes cedían sólo a cambio de poemas– ahora me lo dan 'gratiniano'”.
* “Les da rabia reconocer las cosas maravillosas que hace Chávez, sobre todo si es en honor de un poeta que se siente inseguro con la seguridad democrática”.
* * *

martes, 14 de abril de 2009

La frase de hoy

“La corrección idiomática no es un deber, es un derecho al que deben acceder los ciudadanos libres”.
Manuel Alvar López (filólogo español)
* * *

lunes, 6 de abril de 2009

Variedades

¿Y tú qué opinas del MÍO?,
haciendo insinuante seña,
me preguntó una caleña;
y –aceptando el desafío–
a riesgo de armarme un lío,
dejando la pena a un lado,
respondí con desenfado:
"Bello y glamoroso capullo,
no puedo opinar del tuyo,
pues... ¡nunca me lo has mostrado!".
Rodrigo Guerrero Velasco (ex alcalde de Cali)
* * *

lunes, 30 de marzo de 2009

Las mentiras del "Arriero"

Quizque a don "Ogil" –corretor de’stilo y gramática– un amigo le osequió un disco compato o cidí, quizque con 10.500 libros grabaos. Y quizque don "Ogil" no ha salido’e la casa... ¡porque nu’ha terminao de corregilos!
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sábado, 28 de marzo de 2009

La guerra de las "cocas"

Mi hermano Abelardo, más conocido por "Majitus", desde Connecticut y vía internet, nos narra una de sus experiencias en Colombia:
Era la época en que los llamados carteles de la droga de Cali y de Medellín estaban en su terrorífica guerra: los capos de Cali enviaban a sus secuaces a ponerle bombas a Medallo y viceversa.
Cada habitante vivía en permanente zozobra y temía por su vida. Al ver o al escuchar el encendido de un fósforo se suponía que era para prender aquel explosivo y destructor artefacto. El golpear de una puerta y, peor aún, el estallido de una llanta eran motivo para que cualquier persona pensara que le había llegado la hora. Cualquier persona que veíamos en la calle con un paquete, o con una caja, de inmediato sospechábamos que ahí llevaba la tan temida bomba.
Estaba, pues, yo (hace unos siete años) en una de las principales vías de la bella villa de Medellín -la avenida Oriental- esperando el bus de Envigado que me llevaría a mi residencia; mientras el tiempo transcurría, pensaba en la espantosa situación que vivíamos los colombianos. Justo, en ese momento, vi a lo lejos una avalancha de gente que corría desesperada. Yo me llené de pánico y me dije: aquí fue mi hora final.
En medio del susto y frunciendo el cu... ello, como pude, me metí en el tumulto. Angustiado, y a la espera del estallido, arranqué a correr a la velocidad que daban mis temblorosas piernas. Al rato, mama’o y con la lengua afuera, le pregunté a uno de los sudorosos parroquianos que por qué corrían tanto; éste me contesto: “Es que vamos en la Gran Maratón de la Solidaridad por Colombia”.
* * *

Como por entre un tubo...


Cuando los televisores eran fabricados con tubos, un día que estaba cansado de que mi esposa y mis hijos vieran tanta basura, opté por retirarles (a escondidas) uno de ellos al aparato. Me llevé el adminículo para la oficina, y cuando regresé encontré a mi señora y a los muchachos parqueados viendo su programa favorito. Muy sorprendido, les pregunté cómo era que veían televisión si –al parecer– el aparato estaba dañado. Mi esposa corrió a responderme: “¡Sí, mijo!, pero... ¡yo le pagué 100 mil pesos a un técnico para que nos lo arreglara!”.
* * *

El humor de "Ogil"

Un príncipe azul le preguntó a una princesa:
—¿Te quieres casar conmigo?
Y ella respondió:
—¡No...!
Y el príncipe... vivió feliz toda su vida.
* * *
Óscar Gil "Ogil"
Su vida y su obra:
* Maniático humorista, nacido en Pensilvania (Caldas), en la clínica de Los Milagros, o sea... ¡un milagro de Dios sobre el planeta Tierra! Este acontecimiento partió la historia de la humanidad hace 69 años; como quien dice: el hombrecito es modelo 41. Si bien es cierto que ya llegó a los 69, ¡no revela sino 68... y medio!
* Su musa del humor, (¡no la moza!), es la... humor-ada.
* Aparte de llamarlo por “Ogil”, lo llaman... por bíper, por celular y, a gritos. Aunque sostiene que el celular no le llama la atención; porque... ¡con la celulitis de su mujer tiene!
* Profesiones: contador..., contador de chistes; y senador, pues en el SENA ha pasado, como docente y directivo, más de la mitad de su vida. (Servicio Nacional de Aprendizaje SENA).
* Personas a cargo: tres, pero... ¡en legítima defensa!
* Sexo, casi todos los días: ¡casi el lunes, casi el martes, casi el miércoles...!
* Todos los días se levanta a las tres..., dice: ¡a la una, a las dos y a las tres, y... ahí mismo se levanta!
* Conserva la línea... delgada, (¡ahí lo pueden ver!), pues juega parqués por la internet y estudia natación a distancia; prácticas que le dan el perfil de un Sinatra... “sin atra-c-tivo” alguno.
* Siempre estuvo en la lucha, ahora se cambió al boxeo. Le gana al campeón mundial de boxeo, pero... ¡jugando ajedrez!
* Sufre de la columna, porque la tiene que escribir y enviar a varios medios de comunicación todos los días.
* Incursionó en el híbrido del “periodismo humorístico”; porque, desde chico... vendía periódicos y vivía seco de la risa.
* Ha sido (no ácido) candidato a la Alcaldía de la ciudad... ¡de la ciudad de hierro!
* Y la que le hizo “rico” fue su señora. ¡De verdad!, ella le hizo millonario; porque ¡antes era... archimillonario!
“Ogil” es de los que piensan que el humor puede erradicar o, al menos, atenuar la violencia. Él asegura: “Cuando los violentos se dediquen al mamagallismo, se acabará el tas - tas, y... ¡viviremos en paz!”.
Experiencia profesional:
* Periodista independiente, en Cali (Colombia), para medios masivos de comunicación virtuales e impresos.
* Un cuarto de siglo libretista en programas de humor para radio y televisión.
* Publica, desde el siglo pasado, hace más de 15 años –semana a semana– este espacio de humor; y, más de doce, una columna semanal de lenguaje: Buena letra.
* Escribe en varios periódicos para las colonias colombianas en los Estados Unidos: The Colombian Times, The Paisa Times, The Pastusian Times y Diario Los Andes.
* Autor y director de la revista Pa qué más..., dirigida al cuerpo médico de Colombia y del exterior.
* Autor del Minilibro de oro del humor.
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