sábado, 17 de abril de 2021
¡Engatusado!...
El presidente Duque y la ministra de Educación visitan un jardín infantil del ICBF, y una niña le dice:
—Señol Plesidente, tengo una gata que se llama Michina, y anoche tuvo siete gatitos. Y... ¡son todos ulibistas!
Duque –muy emocionado– programó, para dos días después, una visita del senador Uribe con un grupo de periodistas y camarógrafos.
Una vez en el jardín, el senador Uribe se le acercó a la niña:
—Me dicen, hijita, que tu gata tuvo gatitos.¡Cuéntame pues, nena!
La niña, sonriente, respondió:
—Si, señol senadol, tengo una gata que se llama Michina, y tuvo siete gatitos... ¡tles son de Alianza Velde y cuatlo Petlistas!
Uribe se puso ‘mosca’, y le preguntó:
—¿No dizque antier eran uribistas?
La niña –un poco asustada– contestó:
—Sí. Pelo, es que... ¡ya ablielon los ojos!
viernes, 16 de abril de 2021
¡Empeoró!...
Corría el mes de junio de 1995 (¼ de siglo), cuando me desempeñaba como Jefe de Redacción de la Revista Economía y Cultura, y era periodista del Diario Occidente de Cali (columnas Pa qué más…, de humor; y Buena letra, dedicada al buen uso del lenguaje).
Para que orientara un taller de lenguaje profesional –dirigido a periodistas de la región y de diferentes medios– invité al doctor Gabriel Escobar Gaviria, reconocido lingüista y autor perenne de la columna Gazapera, en El Espectador.
Se me ocurrió –también– llevarlo, el domingo 18, al programa Belisario por el Mundo, emitido en la emisora La Voz del Valle, del circuito Todelar; espacio radial en el que fungía como conductor y locutor del programa dirigido por el empresario del turismo, don Belisario Marín Montes.
En el transcurso de la transmisión, me dio por preguntarle:
—Doctor Escobar, en sus frecuentes salidas del país, ¿no ha tenido problemas con sus dos apellidos?
—Sí, don Óscar, siempre me detienen en los aeropuertos para requisarme e interrogarme.
—¿Y qué ha hecho usted para solucionar semejante percepción de su identidad, ah…?
—Yo pedí una audiencia con su santidad el papa Juan Pablo II, y ya en su despacho me preguntó: ¿Qué te trae por el Vaticano? Entonces, le comenté el conflicto que tenía con mis dos apellidos. ¿Cómo es que te llamas? –me interrogó. Gabriel Escobar Gaviria –le dije. Y… ¿cómo te quieres llamar, en adelante? Le respondí…: ¡Gabriel Rodríguez Orejuela!
...
La conmoción fue general y muy tensa en la emisora, ya que en esos instantes –casualmente– llegaba a Todelar nadie más ni nadie menos que doña Amparo..., ¡una de las hermanas de Gilberto Rodríguez Orejuela, el tristemente célebre “Ajedrecista”!
Diferencias entre endemia, epidemia y pandemia
Estos términos están íntimamente ligados; pero... denotan situaciones de diversa gravedad y alarma sanitaria.
Endemia
Enfermedad infecciosa que afecta una región o un país, por lo general, en fechas fijas. “La malaria es endemia en varios países asiáticos”.
Epidemia
Peste (en veterinaria, epizootía) que ataca la fauna (brucelosis, fiebre aftosa, moquillo), la flora (babosas, orugas, pulgones), y personas (ébola, gripe aviar, meningitis, sars).
También, daño o desgracia (plaga) que afecta gran parte de una población; causando graves perjuicios.
“Hay que combatir la epidemia del narcotráfico”.
En Colombia la corrupción es una epidemia que tenemos que combatir.
Pandemia
Enfermedad epidémica que se propaga a muchos países, y que azota casi todos los individuos.
“La pandemia del VIH <sida>, y la del cólera”.
La pandemia del Covid-19 paralizó el mundo entero.
La Organización Mundial de la Salud OMS declaró la Covid-19 como una enfermedad endémica; esto es, tendremos que aprender a convivir con ella –sin ‘decretos’ de cuarentenas–, siempre con arreglo a las medidas de prevención que imponga cada país; recayendo, en cada ciudadano, la responsabilidad de cuidarse.
El Covid-19
“Hoy, en Colombia, nadie habla de confrontación entre el petrismo y el uribismo. (...) El Covid-19 ha tenido la virtud de reducir las tensiones entre los colombianos y la de crear una solidaridad nacional, que no parecía posible en el país polarizado de hace unos meses. (...) Las redes sociales, que estaban en el banquillo por haberse convertido en una trinchera de odios, egos y pasiones, se transformaron en la más efectiva plataforma para canalizar ayudas”.
(Revista Semana, edición n.° 1.978).
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