domingo, 17 de febrero de 2013

Publicaciones


(Cartas, edición n.º 1.607, 18-II/13, pág. 4). 
Dudosa longevidad 
El expresidente Belisario Betancur afirma, en la entrevista concedida a Semana:“… le voy a hacer una confesión: no cumplo 90, sino 88; lo que pasa es que le dije a Dalita que un hombre de 88 años es un vejestorio, y que de 90 es mucho más respetable”. Esta confidencia contrasta con el titular de la página social, en la misma edición: ¡Felices 90! 
Si bien es cierto que el 4 de febrero B. B. celebró su cumpleaños, les deja a los colombianos la duda si nació en 1925 o en 1923, y de la verdadera motivación que tuvo para cambiarse la edad. 
Es vox pópuli que, siendo muy joven –por su alto coeficiente intelectual, y en complicidad con algún jerarca de la Iglesia–, se aumentó la edad para comenzar su actividad política y acceder a cargos de elección popular. 
J. Óscar Gil G. 
Cali
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domingo, 10 de febrero de 2013

Falsa sinonimia

"Flanklin" ¿o Franklin?
Cita: “Benjamin Flanklin, Walter Isaacson. Biografía de uno de los padres fundadores de los Estados Unidos”. (Revista Semana, n.º 1.605, Enfoque, Lo que leen los famosos, Gina Parody, 4 al 11-II/13, pág. 14).

Corrección: “Benjamin Franklin…”.

Comentarios:

a). No existió ningún Benjamin Flanklin.

b). Quizás a alguien se le ocurrió escribir o hablar de Benjamin “Flanklin”, y ese error se filtró a la internet; pero, por todos es conocido que el celebérrimo político, científico e inventor estadounidense era de apellido Franklin.

c). La prueba reina de lo que aseguro se fundamenta en que tiene mayor credibilidad la consulta en Google, por Benjamin Franklin, que arroja cerca de 32 millones de entradas describiéndolo como partícipe de la fundación e independencia de los Estados Unidos, y como inventor del pararrayos y de muchos objetos útiles para la humanidad; mientras que para Benjamin "Flanklin" apenas se encuentran 755 mil (advirtiendo, el navegador, Mozilla , un posible error en la búsqueda).

d). Hasta el corrector electrónico corrige el error, haciendo el cambio de inmediato. e). En el facsímil del libro se ve con claridad el nombre correcto: Benjamin Franklin.

f). La revista no se puede contagiar de estos dislates que confunden a sus lectores.
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martes, 22 de enero de 2013

Estribillos que se ponen de moda, por partida doble y... triple


Muletillas
Citas:
Los textos citados corresponden a la edición n.º 1.603 de la revista colombiana Semana, 21 al 28-I/13.
1. Escenario
a). “En el mejor escenario se podrá saber quién, y por qué, contrató los tres testigos…”. (Portada, pág. 24).
b). “Santos no puede caer en el mismo escenario de Uribe…” (…) “Si a este escenario, tan poco promisorio, le agregamos…”. (Opinión, María Jimena Duzán, ventana “lead” y contenido, pág. 39).
2. En este sentido
a).En este sentido, un ajuste cambiario se traduciría en…”. (Venezuela, pág. 51).
b).En este sentido, todo hace parte del experimento”. (…) “En este sentido, según él, esta experiencia le pertenece a…”. (Aventura, pág. 71).
Correcciones:
1. El término ‘escenario’ siempre se puede reemplazar por otros que mejoren la frase:
a). “En el mejor de los casos se podrá saber quién, y por qué, contrató los tres testigos…”.
b). “Santos no puede caer en el mismo estilo de Uribe…” (…) “Si a este asunto, tan poco promisorio, le agregamos…”.
2. Basta con eliminar el bordoncillo, y la frase queda mejor, y… menos afectada:
a). “Un ajuste cambiario se traduciría en…”.
b). “Todo hace parte del experimento”. (…) “Según él, esta experiencia le pertenece a…”.
Comentarios:
* A decir verdad, no hay error en estos giros lingüísticos. Lo que se cuestiona es el uso y abuso indiscriminado y masivo de ellos, ya que su proliferación los vuelve unos bordoncillos de los que no pueden prescindir muchos de quienes escriben o hablan.
* Ya se habla del escenario económico, político y social, y del escenario de la justicia, etc., etc.
* No lo dude, amigo lector: vamos a ver y a oír, en muchos escenarios, frases en este sentido.
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martes, 15 de enero de 2013

Un error de construcción gramatical

La “ingeniería” social
Citas: 
1. “Hay caminos para construir la paz (…) construir un modelo de desarrollo rural…”. (Centro de Investigación del Cooperativismo Cenicoop, y El Pueblo, n.º 29, aviso robapágina, 12 al 18-I/13, pág. 24). 
2. “… la ética es fundamental a la hora de construir un mejor país (…) este tipo de transformaciones se construyen desde las nuevas generaciones (…) dentro de un ambiente de construcción de nuevas miradas…”. (Semana, n.º 1.595, Foro Día Mundial contra la Corrupción, 26-XI al 3-XII/12, pág. 16). 
3. “… hace dos años estoy empeñado en la construcción de una sociedad justa, ecológica, solidaria, fraterna (…) no hemos sido capaces de construir un tejido social válido (…) En La Habana se trata de lograr el fin del conflicto, y no la construcción de una sociedad nueva. (…) Otra cosa es construir una sociedad justa y equitativa (…) para que entre todos construyamos una democracia válida”. (Semana, n.º 1.597, Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá y nuevo cardenal de Colombia, 10 al 17-XII/12, págs. 78 y 80). 
Corrección: 
En todos los casos citados, y en textos similares, el verbo y sus conjugaciones pueden ser reemplazados por otros giros que expresen la idea de servicio social: apoyar, conseguir, crear, defender, fomentar, iniciar, prestar, proyectar, u otros análogos. 
Comentarios:
a). Construir solo tiene tres acepciones, la primera referente a su principal significado, y las otras dos inherentes al aspecto gramatical: 1. Fabricar, edificar, hacer de nueva planta una obra de arquitectura o ingeniería, un monumento o en general cualquier obra pública. || 2. En las antiguas escuelas de gramática, disponer las palabras latinas o griegas según el orden normal en español a fin de facilitar la traducción. || 3. Ordenar las palabras o unirlas entre sí con arreglo a las leyes de la gramática (construir una frase u oración). 
b). Se abusa erróneamente del verbo construir porque alguien tergiversó la idea de proyectar y terminar obras de interés general (que requieren alguna tecnología) destinadas al uso público o privado, p. ej.: una casa, un edificio, un puente, etc., con las actividades de carácter social (que requieren y benefician a los ciudadanos), p. ej.: el estudio, la salud, el trabajo, el desarrollo personal y comunitario, etc.). 
c). Ahora los docentes, los gobernantes, los políticos, los religiosos y los medios de comunicación se han convertido en verdaderos ingenieros de la sociedad, ¡"construyen" intangibles!: amistad, ciudad, ciudadanía, ciudadanos, conocimiento, cultura, el arte, el cambio, el desarrollo, el imaginario, empleos, estrategias, futuro, identidad, igualdad, iniciativas,  la esperanza, las leyes, los diálogos, nación, país, parejas estables, patrimonios, perdón, propuestas, salud, solidaridad, soluciones, sueños, y... ¡hasta la paz! 
d). Ya existen clínicas odontológicas que "construyen" sonrisas, y gimnasios que ofrecen "reconstruir" el cuerpo; en Venezuela ya se contagiaron de este vicio: "construyen" el, mal llamado, socialismo bolivariano del siglo XX; y existen politiqueros que prometen... "construir" un mundo mejor (¡¿?!).
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Cómo "quemar" una colección o una edición

“Tiraje” ¿o tirada?
Citas:

1. “… explica Sergio Vilela, director editorial de Planeta, al destacar el tiraje de esta colección”. (El Tiempo, Cultura y entretenimiento, 27-XI/12, pág. 3).

2. “… “El libro (Memoria por correspondencia, de Emma Reyes), editado por Laguna Libros, salió con un tiraje de mil ejemplares”. (El Tiempo, Debes leer, 14-XII/12, pág. 29).

Corrección: “… al destacar la tirada de esta colección”.

Comentario: Tiraje es el tiro de la chimenea, mientras que tirada –según su undécima acepción en el diccionario– hace referencia a los ejemplares obtenidos de una misma plancha de impresión; y es el término que recomienda la Real Academia Española.
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lunes, 14 de enero de 2013

Chamos de la oposición

 “Sifrinitos” ¿o sirificos?
Cita: “… sifrinitos, mariconsones y fascistas”. (Semana, n.º 1.598, Nicolás Maduro, 17 al 23-XII/12, pág. 36).

Corrección: “… sirificos, mariposones y fascistas”.

Comentarios:

a). Apelativos pronunciados por el ungido candidato presidencial chavista al referirse, despectivamente, al candidato de la oposición en Venezuela, Henrique Capriles Radonski.

b). Aunque “mariconsón” no está registrado en el diccionario de la Real Academia Española, se sobrentiende que Maduro trató a los opositores del régimen de afeminados; y –con el calificativo de fascistas– como doctrinarios del fascismo.

c). Sin embargo, ”sifrinitos” no es un término castizo; y ni siquiera aparece registrado en el diccionario de la RAE como un regionalismo venezolano.

d). Quizá pretendió tildarlos de sirificos que –en muchos países hispanohablantes– tiene la connotación de personas acostumbradas a mentir.
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lunes, 29 de octubre de 2012

¡Deje así!...
Mi médico de cabecera, casado con una pediatra, tiene mellizos de cinco años. Uno de los chicos amaneció un día con el penecito endurecido, y –muy asustado– le dice  a la mamá: 
—¡Maaa-mi, maaa-mi!… ¡se me puuu-sió duuu-lo, duuuuu-lo! 
La médica –para tranquilizarlo– le explica: 
—No te preocupes, hijo. Lo que sucede es que el pene tiene dos cuerpos cavernosos o cámaras a las que –a veces– les llega sangre que lo hace agrandar y ponerse firme. Pero... no te asustes, mi amor. Eso es pasajero, y…  ¡rápido se te cae! 
Y el chino le dice: 
—¡Nooo…, maaa-mi! Es que... ¡yo no quieee-lo que se me caaai-ga…!  
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martes, 25 de septiembre de 2012

Del per… expresidente

¿“Modelo a seguir”?, ¿o… modelo por seguir?
Cita: “Chávez tenía en él un modelo a seguir”. (Álvaro Uribe Vélez, expresidente de los colombianos, en su libro No hay causa perdida, pág. XX).
Corrección: Se debe cambiar la preposición ‘a’ (aquí mal utilizada) por cualquiera de las tres variables correctas: “Chávez tenía en él un modelo por seguir”, “… para seguir”, o –en últimas– por “… que se debe seguir”.
Comentario:
a). Con mucha frecuencia se oye y se lee: “examen a presentar”, “película a realizar”, “reelección a efectuar”.
b). En casos similares al de la cita, y a los comentarios, rige el uso de las variables.
c). Resulta espuria la construcción de frases en las que se juntan un sustantivo o adjetivo, la preposición ‘a’ y un verbo en infinitivo.
Continúo analizando estos errores del lenguaje –semejantes a este en el que incurre el expresidente Uribe– no para fungir como caja de resonancia a su obra curricular, sino para hacer notar que tan enraizado sigue este error en Colombia y cómo caen en él periodistas, tuiteros y hasta personajes de todos los rangos.
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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Del periodista presidente...

¿“Habrán” diálogos de paz?, ¿o… habrá diálogos de paz?
Cita: “… al lado de él habrán otras personas”. (Juan Manuel Santos, presidente de los colombianos, al anunciar el equipo del Gobierno que negociará con las Farc: CaracolRadio 6 AM Hoy X Hoy, 5-IX/12, 8:23 a. m.; Noticias Telesur, minuto 5:29 de 12:26).
Corrección: “… al lado de él habrá otras personas”.
Comentarios:
a). El verbo ‘haber’ no tiene plural cuando significa presencia o existencia de personas o cosas.
b). Veamos algunas formas correctas e incorrectas: hubo fiestas (no, hubieron fiestas); había autoridades (no, habían autoridades); habrá reelecciones (no, habrán reelecciones); que haya electores (no, que hayan electores); habría unas 20 personas (no, habrían unas 20 personas); hay conmigo muchas personas (no, habemos muchas personas); ha habido conflictos (no, han habido conflictos).
c). No se extiende la norma cuando el verbo apenas hace de auxiliar, con sujeto en plural, y sin significado de existencia: los negociadores habrán ido, han de pasar largos años.
d). La forma verbal hubieron –correcta, pero en desuso– es la que corresponde a la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo del verbo, no referido a presencia ni a existencia: cuando ellos hubieron delinquido…, cuando hubieron perdonado...
Traigo a colación este dislate en el que incurre el Presidente, no para sabotearle su proceso de paz, sino para hacer notar que tan arraigado está este error en Colombia; y cómo caen en él hasta las personas más cultas e ilustradas, declarándole así la guerra al lenguaje.
Para ver un análisis más completo, y en detalle, pulse aquí, o consulte el siguiente enlace: http://www.ogil.info/search/label/Buena letra%3A El verbo haber.
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jueves, 14 de junio de 2012

Error de sintaxis

El dativo ‘les’
Citas:
1. “En la Feria de Tuluá a todos le damos gusto”. (El País, separata LVII Feria de Tuluá e Industria de Licores del Valle, avisos robapágina, 14-VI/12, págs. 1.ª y 2.ª).
2. “… cuéntele a los colombianos…”. (El País, Dardos - Alberto Silva Scarpetta, 11-VI/12, pág. A9)
3. “Nuevamente quiero decirle a las mujeres que estamos en un proceso para defender sus derechos…”. (El País, Énfasis, presidente Juan Manuel Santos, 2-VI/12, pág. A8).
4. “Colombia debe mirarse de frente, integrarse como nación y exigirle a las Farc que libere a todos los secuestrados (…) y que cese, de una vez por todas, sus acciones terroristas”. (El País, 2-VI/12, pág. A10).
Correcciones:
1. “En la Feria de Tuluá a todos les damos gusto”.
2. “… cuénteles a los colombianos…”.
3. “Nuevamente quiero decirles a las mujeres…”.
4. “Colombia debe mirarse de frente, integrarse como nación y exigirles a las Farc que liberen (…) y que cesen…”.
Comentarios:
a). Esta construcción errada, de común ocurrencia en el diario caleño y en otros medios de comunicación masiva, resulta al escribir y decir “le”, en lugar de ‘les’. Dislate que genera una inconcordancia de número entre el pronombre (dativo de 3.ª persona, masculino y femenino, en singular) y el objeto (complemento indirecto, en plural).
b). El maestro Fernando Ávila, en su obra Español correcto para dummies, trae a colación un buen ejemplo tomado de la canción Despedida, de Daniel Santos: “Vengo a decirle adiós a los muchachos…”; que –si no fuera por la llamada licencia literaria– otros intérpretes tendrían que cantarla: “Vengo a decirles adiós a los muchachos…”. 
c). En la primera cita –Feria de Tuluá– el orden numérico no es 57 como aparece en toda la campaña publicitaria, sino LVII (en números romanos). Sucede lo mismo con la XXXVII Feria Nacional de la Agricultura, en Palmira, que –en el mismo cuadernillo o separata– la identifican con el n.º 37
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sábado, 2 de junio de 2012

¡Cuento viejito!...
Tropelía de diminutivos
Ayer, el presidente Juan Manuel Santos –en una clara alusión al expresidente Álvaro Uribe (por aquello de “Hijito, ¡por Dios!”, del gustico, y de sus huesitos, sus carnitas y sus huevitos)– propuso acabar con los diminutivos.
¡Nada nuevo! Carlos Lemos Simmonds, a quien tampoco le gustaban las pequeñeces, al inicio de los años 90 –mucho antes de que Ernesto Samper le asignara una pensionsota vitalicia, por una “palomita” de nueve “díitas” en la Presidencia– había comentado:
“Hace ya unos años escribí acerca del síndrome del diminutivo, como una de las peores características de nuestro país. Aquello de conseguir una platica, hacer un viajecito, tomarse unos traguitos, comprar una casita, pedir un favorcito, levantarse un puestico, y hasta servirse un tintico es, como lo dije entonces, la expresión verbal de una actitud subalterna e inferior ante la vida. Y, desde luego, la renuncia anticipada a pensar en grande para solucionar los –esos sí– enormes problemas que afronta la nación”.
Y “Ogil” agrega este otro diminutivo del romancero popular:
“¡Don Juan, don Juan..., la puntita no más que soy doncella!”.
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sábado, 12 de mayo de 2012

Uso, mal uso y abuso
Signos de admiración y de interrogación
Cita “¡Qué quincena!!!”. (Revista aló, título de sección permanente).
Corrección: “¡Qué quincena!”.
Comentarios:
a). Los signos de exclamación (también llamados de admiración) y los de interrogación tienen su propia ortografía. Se usan uno al inicio de la frase admirativa o interrogativa (¡ ¿), y otro –invertido– al terminarla (! ?). ¡Ni uno más!, ¿queda claro?
b). Dos, tres cuatro o más –puestos a la derecha, a la izquierda o a ambos lados– no aumentan la intensidad de lo que se quiere expresar. Esta práctica afea la escritura, y produce lo que he denominado: ‘ruido visual’.
c). Se ponen pegados a la primera y a la última letra. Dejar un espacio después del de apertura y otro antes del de cierre es un vicio que, también, desluce cualquier texto.
d). Los de cierre hacen de punto final.
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viernes, 5 de agosto de 2011

Cómo arruinar el lenguaje...
¿Qué haremos sin la eñe, ah?...
A raiz de los disparates y galimatías que se ven a diario en la internet, tanto en los mensajes de correo, como en los de los chateadores y en las cuentas virtuales de facebook y twitter, nada más oportuno y contundente que este video que traigo a colación:


Me cuentan...
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domingo, 24 de julio de 2011

¡Yo te "aperturo", tú me "aperturas", él nos "apertura"!...
El sector financiero ahora “banquea” el lenguaje
Cita: “Diligencie este documento para aperturarle la cuenta…”. (Frase escuchada –día a día, minuto a minuto– a los asesores de piso de las entidades bancarias).
Corrección: “Diligencie este documento para abrirle la cuenta…”.
Comentarios:
a). El diccionario de la Real Academia Española no registra ese término. Es un vocablo inventado en el sector bancario para adornar, innecesariamente, su jerga particular.
b). El error se origina, y se ha arraigado, en la manía de inventar, o mejor, rebuscar verbos tomados de sustantivos. Unos pocos ejemplos: de chatarra, "chatarrizar"; de dirección, “direccionar”; de escopolamina, “escopolaminar"; de recepción, “recepcionar"; de tugurio, “tugurizar”; etc., etc., etc. Un prestigioso y reconocido oftalmólogo de Cali –para atacar una uveitis– recomendó: “Lo mejor es ‘isoptoatropinar’ ese ojo”, por: “Lo mejor es aplicarle Isopto atropina…”.
c). Como el mal ejemplo cunde, ya los clientes no se acercan a los bancos para que les abran cuentas, sino… ¡para que se las “aperturen”!
d). Y una alianza de varios bancos acaba de inventar, y de poner en circulación desde el pasado 27 de junio, el término “banquear”, como una estrategia para atrapar más clientes; cuando banquear –en gracia de discusión, porque tampoco existe– solo sería el desmonte de un terreno en planos escalonados.
e). Por poco no promocionan el de ‘blanquear’, para los recaudos de… ¡dinero sucio y mal habido!
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jueves, 5 de mayo de 2011

Aparente sinonimia
Bufete ¿o consultorio?
Cita: ”No se justifica que estos profesionales se dediquen a hablar más de media hora por sus celulares, teniendo el bufete lleno de enfermos que van  desesperados a consultarles los males que les aquejan”. (Reflector, publicación mensual de Cali, IV/11, pág. 6).
Corrección: “No se justifica que estos profesionales se dediquen a hablar más de media hora por sus celulares, teniendo el consultorio lleno de enfermos…”.
Comentarios: 
a). Bufete es el estudio o despacho de los abogados. También se conoce con este término la clientela de los jurisconsultos.
b). La confusión quizá radique en que un bufete es un consultorio, aunque de aspectos legales.
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jueves, 17 de febrero de 2011

Qué ¿o de qué?

El dequeísmo
Empleo indebido del ‘de que’, cuando el régimen verbal no lo admite; p. ej.: “Le dije de que viniera”.
Se trata de una incorrección originada (o de mayor uso) en Argentina: “Creo de que somos el mejor equipo” - “Opino de que vamos a ganar el partido” - “Pienso de que somos los más grandes futbolistas”, en lugar de las formas correctas: “Creo que somos el mejor equipo” - “Opino que vamos a ganar el partido” - “Pienso que somos los más grandes futbolistas”.
Mnemotecnia
Existe una fórmula simple para averiguar si se incurre en dequeísmo:
* Volver pregunta la frase afirmativa. Cuando en la pregunta no cabe la preposición ‘de’, en la frase original tampoco puede ir.
Veamos: “Me dijo que vendría”. ¿Qué te dijo? –y no, ¿de qué te dijo?–; “Me contestó que sí lo necesitaba”. ¿Qué te contestó? –y no, ¿de qué te contestó?–.
Observe que la pregunta –bien formulada– no puede llevar la preposición ‘de’, luego la frase tampoco la admite.
“Antidequeísmo” o “dequefobia”
Temor infundado a caer en el dequeísmo, lo que incita a eliminar la preposición ‘de’ en frases que sí la tienen que llevar: “Estoy convencido que…” - “Estoy harto que…” - “Estoy seguro que…”, cuando las formas correctas son: “Estoy convencido de que…” - “Estoy harto de que…” - “Estoy seguro de que…”.
* Luego –aplicando la fórmula mnemotécnica, y contrario al dequeísmo– cuando usted puede preguntar ‘¿de qué?’, la respuesta tiene que llevar la preposición ‘de’ (¿De qué estás convencido? - ¿De qué estás harto? - ¿De qué estás seguro? Si no les pone ‘de’ incurre en lo que yo he llamado "antidequeísmo" o “dequefobia”.
Otro procedimiento consiste en reemplazar, en la frase afirmativa, la conjunción completiva ‘que’ por el pronombre neutro ‘eso’. Y si la oración, así formada, rechaza o exige la preposición, es porque en la frase que se examina también debe ser rechazada o exigida:
* Pienso que voy a ganar: pienso eso; no se dice pienso de eso.
* Estoy seguro de que voy a triunfar: estoy seguro de eso; no se dice estoy seguro eso.
Práctica indebida
Muchos periódicos y escritores han eliminado el uso del ‘de que‘, convencidos de que ya no existe, y sobre esto opino que no es cierto. Lo que sucede es –ni más ni menos– que se debe saber con precisión cuándo es obligatorio su empleo y cuándo no.
Frases con dequeísmo
* Yo investigué de que se trataba de un fraude.
* Yo averigüé de que estaban robando.
* Supe de que iban ir.
Les sobra la preposición ‘de’.
Frases con “antidequeísmo” o “dequefobia”
* Estoy mamado que me busquen.
* Estoy cansado que me critiquen.
* Me acordé que Gloria va a llamar.
Les falta la preposición ‘de
En frases que contengan los adverbios de tiempo ‘antes’ o ‘después’ (para los que funcionan las fórmulas mnemotécnicas de interrogación: ¿antes de qué?, ¿antes que qué?; ¿después de qué?, ¿después que qué?) se debe preferir la forma ‘de que’: “Me voy antes de que llegue el jefe” - “Vine después de que habían cerrado”.
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